Es conocido entre mis amigos este dicho, que personalmente no comparto y menos cuando ella se pone encima, pero a este paso es lo que hay. Esto de no tener alma te cierra muchas puertas, que para cruzarlas tienes que tirar de fuerza bruta. Y para fuerza bruta la que deben de tener esas amigas del grupo (todos los grupos tienen una) que parecen sacadas del zoo del Infierno, en otras palabras: gordas y feas. Tú te imaginas una historia de amor, como por ejemplo "La bella y la Bestia" (donde yo evidentemente soy la bestia) y lo que en realidad pasa es algo mas tirando a "Moby Dick" en un mal día. Ligar con una gorda es fácil, pero lidiar con ella no lo es tanto. Ponte los preparativos: vigas en la cama para que no se hunda, una lámpara lo suficiéntemente fuerte como para soportar los 5 kilos de bragafaja (que siempre acaban en la lámpara) que debe llevar nuestro "querido" mastodonte, y en vez de tabaco para despues una mesa llena de postres para ell/a?
Bueno, siempre nos ha pasado que cuando entramos a un bar y vemos a una de estas gordas feas decimos: "coño, la bicha", "¿dónde se ha dejado los colmillos este elefante?", " joder, ¿qué cojones hace ese cachalote fuera del agua?", "hostia puta, un planeta en el bar", "la virgen preñada" o "copón, la barrigada padre"
Compréndelo, no es tu mejor momento, te tienes que conformar con lo que hay. En estos casos no vale el dicho de "ante la duda la mas tetuda" porque seguramente la mas tetuda se dará con sus descomunales pechos en las rodillas y no habra fornicación posible. Pero bueno, llegados a este punto hay que hacer de tripas corazón, hay que echarle pelotas y entrarle al monstrenco que tienes delante. Aquí tienes que ser original, gracioso y simpático. No valen frases como "pues para ser tan gorda no sudas tanto" o "eres como el jamon, muy buena, salada y gordita". Hay que hacerlo con tacto (tacto rectal si me apuras). Un "¿bailas?" puede ser un buen comienzo si quieres morir aplastado por una avalancha imparable de lorzas, asi que bailar descartado.Puede ser un "hola, ¿vienes mucho por aquí?" claro, que te arriesgas a que te conteste, "no, vine una vez y me quede encajada". Pero si no es el caso vamos bien. La invitas a una copa, le retiras sutílmente el cuenco de cacahuetes por si revienta allí en medio y entablas una conversación. Un "¿a que te dedicas?" bastaría para que te cuente su obra y milagros (aburridos como ver una tortuga a cámara lenta, pero habrá que tragárselo si quieres pinchar)
Pasemos al momento de llevartela a casa. Obviamente te vas a la francesa (sin despedirte de tus amigos) y os encamináis hacia una casa/hotel/descampado con colchón. Una vez allí toca bailar el mambo a lo horizontal, tarea peligrosa donde las haya.
Primero piensa en que haría Ángel Cristo, intenta domarla. Cuando adopte una postura tumbada procede a escalar esa montaña de grasa y estrías que llama cariñosamente "tripita". Muy bien, una vez estes en la cima procede a intentar, y digo intentar porque es muy probable incluso en este momento que te vayas sin follar, meter tu miembro masculino (conocido como polla) en su receptáculo (importante leer "recepta", no la vayas a meter por donde no es) femenino. Una vez este dentro tienes que luchar por empujar a tu soldadito dentro del castillo hinchable y a la vez procurar no caerte de ahí encima, porque la hostia tiene que ser guapa y seguido una avalancha más y un "¿te has caido?" (no, gorda, me he tirado en plancha porque el suelo me parece mas cómodo que tus lorzas, no te jode...). Bueno, cuando hayáis acabado sólo queda darle un número de teléfono falso y autocompadecerte el resto del periodo de "sequía" sexual.
Bueno, niños, ya tenemos a nuestra gorda penetrada, ahora os toca a vosotros. Aaaadios.
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