lunes, 13 de septiembre de 2010

El frotar se va a acabar

Hoy he visto a un tocador de zambomba profesional. Era un quinceañero con más granos en la cara de los que hay de arena en el desierto. Tenía un antebrazo como mi muslo y una cara como para hacer el amor acompañado. Me hizo pensar, es decir ¿acabaré yo así? Y eso que solo tenía 15 años. Cuando tenga 40 no podrá ni abrir los ojos con tanto grano. Parte de la culpa es de las tías, que son unas estrechas. Pasas toda la noche con ellas haciéndoles reir y ni una triste mamada de agradecimiento. No, en vez de eso te hacen que te quedes ciego, te salgan pelos en las manos y demás chorradas que dicen los de la iglesia. Pues para mí el frotar se va a acabar. Hago voto de castidad conmigo mismo desde ya (ahora es cuando quito el porno del ordenador), que a este paso me voy a dejar la polla a punto de nieve. Por eso lo del voto de castidad, bueno, por eso y porque ya es hora de follar acompañado. Ayer vi una chica en el gimnasio. Tenía pinta de ser limpia, ordenada, graciosa, lista, y tenía unas tetas que como para darle la espalda. Estaba como se dice "on fire" (en otras palabras, deseando el fornicio con ella), pero no la entré. Fallo mío, no sabía qué decir. No sé, algo como "¿te estudio o te trabajo?". Supongo que es muy directo y si me apuras un poco grosero, pero es que estaba que la polla se me hacía pepsicola. También me he dado cuenta de que al gimnasio van dos tipos de personas: Los mazaos y los que se acaban de mirar al espejo. Yo soy de los segundos. Aunque me dicen que no estoy gordo (que me lo estoy empezando a creer) creo que lo necesito. Para sentirme mejor conmigo mismo, para tener mejor salud... ¡Qué coño! Para que nadie me tosa cuando esté cuadrado y para ligar. Aunque creo que cuando esté cuadrado lo voy a seguir teniendo jodido lo de ligar porque las chicas son unas estrechas como ya dije antes. Aún así quedo lejos de esos pichabravas como Arturo Fernández, Manuel Quijano, Clark Gable, etc. Volviendo al tema de las pajas, una de las situaciones más incómodas para un/a padre/madre y su hijo es llamar a la puerta del cuarto de baño y que su hijo (por otra parte imbécil perdido) les diga que se está peinando. Eso es lo peor que puedes decir porque tú, en un alarde de inteligencia, por decirlo de alguna manera, no has echado el cerrojo y tu madre ve que en el fondo tenías razón, te estabas peinando ¡el bello púbico! A ver, el manual del pajero pone EN LA PRIMERA PÁGINA que si te haces una paja en el baño, pajero de mierda, lo primero es echar el cerrojo. Si no la situación puede acabar de la peor manera posible si tu madre es lo suficiéntemente oportuna, es decir, le das un baño en zumo de macho, cosa que ambos tendréis que explicarle algún día a un psicólogo o, en el peor de los casos, a la policía. En resumen, voy a dejar de machacármela en sillas, sillones, tresillos, sofás, mecedoras, descalzadoras y sobre todo en cualquier tipo de mueble que tenga en mal estado.

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