Si hay algo que me molesta es estar frente a mi ordenador viendo una serie por internet cuando de pronto suena el timbre. Yo pienso "será algo importante". Voy a abrir y lo que me encuentro es una sonrisa tan falsa como resplandeciente y unos motivos que si hubiera sabido no le habría abierto hasta que tuviera que bajar la basura, y en cuyo caso se la hubiera dado a ese individuo para que la bajara, ya que está. Estaba viendo tranquilamente Los Soprano cuando llaman a la puerta y cuando voy a abrir allí estaba, con cara de pánfilo y mirándome. Yo me pregunté "es obvio que no viene a pedir dinero, pero ¿quién coño es y por qué cojones me he tenido que levantar del ordenador?". Mi pregunta fue contestada de la peor forma posible: Era un testigo de Jehova. El muy iluso creía que podía convertirme a su ridícula y machista religión. Yo lejos de cerrarle la puerta decidí ver en qué acababa esto.
El marica- Buenos días.
Yo- (Buenas pollas te comías) Hola. ¿Qué quieres?
El marica- Soy testigo de Jehova y si tienes unos minutos te hablaré sobre mi religión.
Yo- No, si tienes tú unos minutos te hablaré sobre la mía. En mi religión se puede beber, fumar y follar. Y es obligatorio matar a los opositores.
(el tipo se queda blanco).
El marica- Bueno, yo venía a hablarte de Jehova.
yo- ¿Quién es? ¿Hace música?
El marica- No, es nuestro dios.
Yo- Yo solo tengo un dios y le llaman Tajo.
El marica- Yo antes era como tú. Escuchaba música heavy y bebía y leía a Nietzsche.
Yo- Pues dale recuerdos a Jehova y le llamas cabrón de mi parte por usar malas artes para convertir a pánfilos como tú. (Cerré la puerta y seguí viendo Los Soprano).
Hoy hace 5 minutos suena el timbre. (Cooooño, ¿pero qué pasa ahooora?)
Iba a hacer caso omiso porque estaba un poco hasta los cojones, pero tengo un perro hijo de puta que cada vez que llaman ladra hasta que abren la puerta. Así que me levanté a abrir.
El del gas- Hola, ¿está el titular en casa?
Yo- No...
El del gas- ¿A qué hora vuelve?
Yo- (Seguro que cuendo me ponga a ver la serie otra vez, porque además no lleva llaves)- No lo sé, igual a las 2 y algo.
El del gas- De acuerdo, me paso luego.
(¡NOOOOO!).
Pero no solo gente de fuera de la casa me toca la moral con el timbre.
Es ya costumbre en mi hermana esperar a que me ponga a ver una serie/ escuchar música/ escribir para bajarse al chino a por un polo. El otro día escuchando Heaven´s on Fire justo en el momento en que quería ver a Paul Stanley poniendo cara de marica absoluto va y llama a la puerta. Yo, como acto reflejo miro hacia la puerta y me pierdo el momento justo que estaba esperando. Tuve que soltarle un puñetazo a la mesa (porque mi hermana estaba fuera de mi alcance).
Irónicamnte, lo creáis o no, acaba de volver a llamar el del gas. Sus palabras han sido "perdona, macho".
El testigo de Jehova me la tendrá jurada y ha hecho un conjuro contra mi puerta. Qué hijo de puta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario