lunes, 25 de octubre de 2010

El otro día me compraron para hacer una cosa muy sucia

Si crees que es algo relacionado con la homosexualidad SAL DE MI BLOG Y NO VUELVAS NUNCA, MALDITO TARADO.
Siguiendo con la historia. Fumo, fumo mucho. Fumo tanto que yo solo podría sustituir la niebla de Londres con mis cigarros. Bien, pues me pasó una de las peores cosas que le pueden pasar a un fumador como yo: Me quedé sin tabaco en plena fiesta. Tengo unos amigos bastante tacaños y las consecuencias las tuvo que pagar una pobre chica. Me explico, alguien me dijo que me daba un cigarro, pero a cambio tendría que hacer yo algo por él. Yo, que no me rebajo por nada, iba a declinar la oferta cuando de pronto escuché el precio. "Tienes que bajarle la falda a esa chica aquí mismo". Llevado en parte por la nicotina, en parte por la lascivia y en parte por no importarme un cojón la chica hice lo que tenía que hacer. Así que cogí su falda y por poco se la arranco. La chica hizo lo que menos me gusta que una mujer haga: chilló con uno de esos chillidos que surten el mismo efecto que una granada de mano a menos de dos metros, cosa que me hizo pensar mucho menos en el arrepentimiento. Cuando la chica, roja por la vergüenza y la rabia, me dijo "¿Por qué me has hecho esto?" quedó atónita cuando yo respondí con la máxima franqueza. Dije "Por tabaco". La chica no sabía si reir o llorar (obviamente no iba a pegarme, pues no tenía capacidad). Tendrías que haber visto su cara cuando me estaba fumando ese cigarro que me gané a su costa. El caso es que todos ganamos: mis amigos vieron por fin unas bragas de cerca, yo gané un cigarro y la chica ganó... Bueno, no ganó nada, que se joda. No es que yo sea fácil de comprar, es que me apeteció hacerlo y punto. Algunos pensarán "ay, no tienes respeto por las mujeres" y yo digo "si no eres lo suficientemente hombre como para aceptar un cigarro a causa del pudor de una chica es que no tienes pelos en los huevos y punto."

No hay comentarios:

Publicar un comentario