martes, 22 de febrero de 2011

Padre de familia (americano)

No, no voy a hablar sobre esa gran serie. Lo que voy a analizar es a los patriarcas de la familia media estadounidense. Esos tipos que, cuando los veías (normalmente en un telefilm pésimo) pensabas: "menos mal que soy español, llego a ser americano y me pego un tiro". Son unos hombres sobreactuados, perpetuamente sobreactuados. Da igual la situación: "Papá, ¿vendrás a verme mañana jugar al fútbol?" - "Claro que sí, Jimmy. ¡A por ellos, colega!". "¿Chicos? Recordad que un buen desayuno es la mejor forma de empezar el día". Hace unos chistes de muy mal gusto, que tienen la misma gracia que tirarse un pedo en un velatorio. Un chiste de mal gusto normalmente es un chiste demasiado escatológico, con demasiado humor negro, acerca de un notable defecto físico de alguien que está presente... Para mí un chiste de mal gusto fue darle un papel a ese tío. La mejor broma que veréis salir de sus labios será: "Papá, Georgie y yo nos vamos a dormir" - "Vale, campeón. Que no os coman las chinches. Ahahahaha". ¿Os ha hecho gracia? A MÍ TAMPOCO. De hecho, Eugenio (¿saben aquel que diu...?) se está removiendo en su tumba.

 Para este hombre la palabra muerte y sus derivados no existen. Situación: una furgoneta acaba de hacer visibles y "para todos los públicos" los hígados de Tobi, su pequeño labrador blanco. El hombre (normalmente Jack) llega a su casa con la correa ensangrentada. La mujer, muy avispada pregunta a un abatido Jack: "Cariño, ¿pasa algo? ¿Dónde está Tobi?". Jack sólo tiene una misión, la de contarle la trágica noticia a su hijo. Nunca, jamás, en ninguna situación, bajo ningún concepto dirá algo parecido a muerte. "Hijo... Tobi..." - "¿Qué pasa, papá? ¿Dónde está Tobi?" - "Verás Jimmy, Tobi ahora está en un lugar mejor... Ahora está en una granja con Laika, Rintintín y esos otros perros" - "¿No le volveré a ver?" - "Tranquilo, hijo. Por lo menos no le ha atropellado una furgoneta". Aquí el misterio es: ¿Por qué ha tenido que morir un buen actor e inocente perro y el que conserva las tripas dentro eres tú, desgraciado?

 En la vida de Jack sólo pueden ocurrir dos tragedias. Una es esa y la otra es que le toque trabajar el día del partido de su hijo. "Hijo, tengo malas noticias" - "¿Qué pasa, ha muerto Tobi?" - "¿Muerto? ¿Qué significa eso? Tobi está jugando a la pelota en el jardín (se ve que compraron otro perro). No, verás... Me toca trabajar el día del partido, así que no podré ir a verte" - "¡Te odio! ¡Me lo prometiste! (aquí empieza a llorar de una forma insultántemente patética) ¡Me lo prometiste! ¡Si no vienes ya no serás mi padre!" - "Jimmy, hijo. Yo...". Y se va corriendo y llorando a encerrarse en su cuarto, dejando a Jack roto, desanimado, en un salón de 120 metros cuadrados con vistas a su precioso jardín mientras el nuevo Tobi juega con su pelota ajeno al hecho de que Jack es un inútil a la hora de oír furgonetas acercarse. Si yo le digo eso a mi hijo y de su boca sale otra cosa que no sea "me la suda" le cruzo la cara.

Tiempo después Jimmy crece. Le sale pelo en lugares insospechados. Vamos, que ya es un adolescente, o como diría su padre "es todo un hombrecito". La adolescencia de Jimmy le va a costar la salud a Jack. Un hombre que lo más sucio que ha hecho en su vida ha sido limpiarse el culo, va a ver cómo su hijo cae en las drogas y recurre a la prostitución en forma de orgías bisexuales sadomasoquistas, extrañamente vinculadas a un culto satánico. Pero Jack, que salta a la vista que es un gilipollas, cree que su hijo es un santo. Cuando le ve llegar borracho a casa piensa alégremente que es el típico "mareo semanal adolescente", trola que su hijo le contó y que él se tragó hasta el fondo. Y cuando ve a una prostituta de 23 años (llevados como si fueran 53) alejarse de su casa saludando a Jimmy, su mejor cliente, cree que es hora de hablar "de padre a hijo".

Jack y el no tan pequeño Jimmy van a tener una conversación sobre chicas. Su padre, que ya ha tenido dos hijos, tiene muchos reparos, por no decir vergüenza, de hablar de esto con su hijo. Pero ha llegado su deber como padre. "Hijo... Ya eres todo un hombrecito, y seguro que te empieza a gustar alguna niña. Verás, seguramente habrás notado que te ha cambiado la voz, tienes más pelo y..." - "Papá, te cojo otros 20 dólares, que ya no podía fiarme más la puta y tengo que comprar crack para esta noche. A media noche se hará el gran sacrificio y todos mis hermanos viajaremos a Omicrón Persei 8 para ser felices eternamente descuartizando gatitos". En este momento a Jack le da un paro cardíaco fulminante y a los dos días se ve a Jimmy en su entierro con una ramera de cada brazo.

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