lunes, 25 de julio de 2011

Piscinas, playas, chiringuitos y la madre que parió a Georgie Dan

Cuando era pequeño me gustaba el verano. Me gustaba porque suponía que ya dejaba, aunque fuese por tres meses, el colegio. Me pasaba nueve puñeteros meses esperando al verano. Ahora me paso tres puñeteros meses esperando el resto del año. ¿Por qué? Bueno, hay varias razones. ¿Alguien ha probado a ir a una piscina municipal? Por supuesto. TODO EL PUTO MUNDO. Y todos se ponen de acuerdo para ir cuando voy yo. "Hey, ¿os hace ir a la piscina? - Un momento... No, éste tío no va hasta el día 15". ¿Merece la pena ir a bañarse a ese agua? Joder, es como un tanque de langostas. Bichos rojos, en cantidades inhumanas y rodeados de orin de su propia especie. De hecho, cuando tengo un examen de orina el día antes me paso por una piscina municipal. Es lo que tienen los niños, no se drogan (todavía).

Luego están esas piscinas-asilo. Allí el que no es viejo es vieja. La media de edad está entre los 80 y la edad de bronce. Había uno flotando boca arriba que decían "mira, está haciendo el muerto". No lo hace, señora, lo está. Bueno, esas viejas agarradas al bordillo y pataleando hacia atrás. Es el equipo de natación sincronizada de Saber vivir. Y la que no está pataleando está "nadando". Y lo entrecomillo porque más que nadar hacen como los gigantes de las fiestas de mi pueblo. Distingues a gigantes y cabezudos porque los gigantes se mueven de forma ridícula. Pues así están las señoras, con el sempiterno "oyoyoyoyoyoy". Es de agradecer que no conozcan los bikinis. Si no aquello iba a estar plagado de tetas-limpiafondos.

La alternativa a la piscina, si quieres estar en remojo, es la playa. Yo soy de Madrid, aquí no hay playa. Bueno, un día hice la coña con unos amigos. La cara que me pusieron en Usera cuando preguntaba por la playa. Hasta que vino un macarrilla y me dijo "mira, sigue por esa calle todo recto, luego la tercera a la izquierda y ya allí preguntas". Me jodió que quisiese tomarme el pelo de esa manera, y le dije: "¿Y no sabes dónde hay un burdel?" Me dijo "no" y le dije "pues con esa cara de hijo de puta que tienes ya es raro". Recuerdo mi último viaje a la playa. Tenía 15 años (yo, no la playa). Sólo había una cosa que superase en número a la gente de allí. Si habían dos millones de personas en la playa habían tres de medusas en el agua. Me decían "si la mitad son bolsas". Sí, mete los huevos a ver si te pica una "bolsa".

lunes, 18 de julio de 2011

Bodas Bautizos y Comuniones

Principalmente hay tres cosas que me molestan en este mundo: Los niños, los curas y los llantos. Con estos tres conceptos hay dos situaciones. La segunda situación es un bautizo (la primera es mucho más sucia). Un crío llorando, un cura mojándole y dos padres orgullosos de llevar a su hijo a que un hombre en camisón blanco le eche un chorro de "agua bendita" (apúntate ese nombre, Hugo Boss) al tiempo que llora como si no lo hiciese por estar molesto, sino en venganza. Joder, he visto darse la vuelta a los crucifijos en medio de un bautizo. Vale que en la misma sala había un exorcismo, pero no se sabe quién provocó qué. Es que en mi barrio la iglesia es muy pequeña. De hecho, en vez de un cristo de verdad hay un poster.

Yo mismo fui bautizado. En contra de mi voluntad. No olvidé aquel mal momento, así que esperé. Esperé durante años. Y cuando ya lo tenía todo (supe cómo abrir el bote de lejía, supe dónde vivía en anciano párroco y había juntado a toda su familia) le bauticé. Sobra decir que él lloró mucho más que yo. La familia me decía "estás loco" y yo dije "¿es que acaso no vais a sacar fotos? Vamos, es un bautizo".

Las comuniones son otro tema. Son otro tema porque, no se sabe bien cómo, todos los niños quieren hacerla. Nadie sabe cómo, pero te convencen para vestirte de marinero o princesa (dependiendo del género es más o menos traumático de ver cuando eres mayor) y te mandan a comerte una hostia de un cura. Como si durante la catequesis se hubiesen llevado pocas. "¿Qué es la lluvia, niños?" "Bueno, es agua que se acumula en las nubes y cuando..." "¡¡SON LAS LÁGRIMAS DE DIOS, MALDITO NIÑO IGNORANTE!!".

Lo peor es que a mí no me dieron espada. Y yo estaba como "porque no me habéis dado espada, si no os atravesaría con ella". A mí me regalaron una cubertería con mi nombre grabado y una fina línea de algo que pretendía ser oro. Es decir, me habéis cambiado la espada por una cubertería. Si mi madre ya tiene en mi casa... ¿Qué hago, la guardo para una cena de gala? Sí, claro, para cuando me reciba el rey. Va a entrar la reina de Inglaterra por la puerta a pillar sitio: "A ver, pues aquí mismo. Ah, no, coño, que aquí se sienta Tajo".

Luego están las bodas. Te venden que va a ser el día más feliz de tu vida. No te engañes, va a ser el ÚLTIMO día feliz de tu vida. Luego va todo cuesta abajo. No sé el resto de la gente, pero a mí que me hable del amor alguien que lleva una vida de celibato es como si Paquirrín me habla de ejercicio y dieta sana, no me lo creo. Y hablando de dietas, esos restaurantes de los banquetes. Que antes ibas y fumaban hasta los niños. En tu casa no te dejaban tomarte una cocacola, ahora, en una boda te hinchabas a fumar.

Pero entre leyes y gilipolleces ya no es que no fumes en el banquete, es que casi ni comes. Que te llega el camarero con ese plato de tortilla de patata deconstruída. No, macho, no. Deconstruída no, mal hecha. Que eso parece un mapa, ahí la tortilla derramada. Yo creo que el cocinero observa desde detrás de la puerta de la cocina diciendo "estoy a dieta, así que si yo paso hambre todos vais a pasar hambre".

 Y luego esos bailes con esas orquestas de pueblo. Me cago en Georgie Dann, en Paquito el chocolatero, en la pachanga y en el primer capullo que dijo "arriba esas palmas". Pachanga, más pachanga y venga pachanga. Que para rematarlo sólo falta que el cantante se baje del escenario, alargue la mano y me palpe los huevos.


Y si hay algo que remate toda la fiesta son los parientes borrachos. Mi hermano y yo tenemos un juego: Cuando se nos acerca alguien muy borracho (o peor, fingiéndolo) y se nos apoya, sólo si se nos apoya, le arreamos un botellazo. Quien dice botellazo dice golpe con cualquier objeto de vidrio que tenga a mano. Una vez le sacudí a uno con unas gafas. No tuve el resultado deseado. Pero recuerdo, en la boda de mis tíos, cuando se abrió un pasillo de gente y escuché "sobrino, ¿qué pasa, maricón?". Mi tío Moisés venía recorriendo en zig-zag el pasillo hasta la barra. En ese momento le dije al camarero "¿me pone un chupito de anís? Ah, y si puede deje la botella".

lunes, 11 de julio de 2011

Delincuencia

Hay un tema que siempre me ha apasionado. Este tema es la convivencia dentro de una cárcel. En mi casa suelen haber peleas con frecuencia más o menos moderada. Claro, que ninguno de los que estamos aquí tenemos antecedentes por asesinato. Pero dentro de una cárcel la cosa cambia. ¿Cómo le dices tú a tu compañero de celda, acusado de asesinato múltiple, que debería tener su "cuarto" recogido? ¿O que "aquí huele como una leonera"? Eso es como tatuarse "MÁTAME, SOY GILIPOLLAS" en la frente.

Tratar de razonar con uno de estos tipos es algo difícil, muy difícil. te en cuenta que ese hombre mató a otros 7 con un tenedor porque en el restaurante alguien le sirvió la sopa fría. Un trabajo mal pagado es el de psicólogo para los asesinos en serie. Es una persona que entra en la celda de un asesino en serie y le dice "Tienes un problema", a lo que el asesino contesta "No, no. Tú has entrado en mi celda, mido dos metros peso ciento veinte kilos, me he comido a ochenta personas y el único guardia que hay ahora mismo en el módulo se acaba de ir a por un café, tú tienes el problema".

Otro tema es el de las duchas. Todo el mundo sabe lo que pasa en las duchas de la cárcel. Aunque tengan gel a alguien siempre se le caerá la pastilla de jabón. ¿Tanto cuesta hacerse una paja, señores? Y aquí viene la duda. ¿Quién es más gay, el que da o el que recibe? En mi pueblo encontraron la respuesta: El que da, porque al que recibe le pueden obligar a agacharse e inmovilizarle, pero al que da no le pueden obligar a que se le ponga dura. Todo correcto, hasta que un amigo vino a joderme la teoría: "Ya, pero ¿y si al otro le dicen 'O te empalmas o te la corto'?". Vamos a ver, yo no veo a nadie capaz de empalmarse en esa situación. Un tío, entra al banco y dice "Todos al suelo" y salta uno "Bueno, yo me tiraría pero es que le acabo de ver el escote a una y me quedaría a un palmo". No me jodas. Nadie tendría ganas de darse una alegría en esa tesitura.

lunes, 4 de julio de 2011

Versos para el complejo de Peter Pan

Hoy estaba inspirado, así que me propuse ser ofensivo de otra manera, algo más complejo. Así que he dejado la prosa a un lado para referirme a alguien que, con los primeros versos, seguro que recordaréis. Ser creativo no está reñido con tocar las pelotas.



Recuerdo tiempos de crío
En frente del televisor
Que un clima de espesor
Se formaba delante mío

Allí estaba esa mujer
Cantando a grito pelao
Llamada Leticia Sabater
Un ojo a Cuenta otro a Bilbao

Al medio día alegría
Solía decir y al tiempo
Yo comía casi al tiento
Extrañado por la tía

Con vestimenta juvenil
De chandal a "trabajar"
De lejos la veías venir
Como un hongo nuclear

En mi vida he presenciado
Ropa más fosforescente
Atuendo menos apropiado
Y más jodienda a la mente

De esa obsesionada mujer
Por no ser nunca madura
No quiero verla en pintura
Si no se digna a envejecer


Corto pero no por ello malo, ¿verdad?