lunes, 18 de julio de 2011

Bodas Bautizos y Comuniones

Principalmente hay tres cosas que me molestan en este mundo: Los niños, los curas y los llantos. Con estos tres conceptos hay dos situaciones. La segunda situación es un bautizo (la primera es mucho más sucia). Un crío llorando, un cura mojándole y dos padres orgullosos de llevar a su hijo a que un hombre en camisón blanco le eche un chorro de "agua bendita" (apúntate ese nombre, Hugo Boss) al tiempo que llora como si no lo hiciese por estar molesto, sino en venganza. Joder, he visto darse la vuelta a los crucifijos en medio de un bautizo. Vale que en la misma sala había un exorcismo, pero no se sabe quién provocó qué. Es que en mi barrio la iglesia es muy pequeña. De hecho, en vez de un cristo de verdad hay un poster.

Yo mismo fui bautizado. En contra de mi voluntad. No olvidé aquel mal momento, así que esperé. Esperé durante años. Y cuando ya lo tenía todo (supe cómo abrir el bote de lejía, supe dónde vivía en anciano párroco y había juntado a toda su familia) le bauticé. Sobra decir que él lloró mucho más que yo. La familia me decía "estás loco" y yo dije "¿es que acaso no vais a sacar fotos? Vamos, es un bautizo".

Las comuniones son otro tema. Son otro tema porque, no se sabe bien cómo, todos los niños quieren hacerla. Nadie sabe cómo, pero te convencen para vestirte de marinero o princesa (dependiendo del género es más o menos traumático de ver cuando eres mayor) y te mandan a comerte una hostia de un cura. Como si durante la catequesis se hubiesen llevado pocas. "¿Qué es la lluvia, niños?" "Bueno, es agua que se acumula en las nubes y cuando..." "¡¡SON LAS LÁGRIMAS DE DIOS, MALDITO NIÑO IGNORANTE!!".

Lo peor es que a mí no me dieron espada. Y yo estaba como "porque no me habéis dado espada, si no os atravesaría con ella". A mí me regalaron una cubertería con mi nombre grabado y una fina línea de algo que pretendía ser oro. Es decir, me habéis cambiado la espada por una cubertería. Si mi madre ya tiene en mi casa... ¿Qué hago, la guardo para una cena de gala? Sí, claro, para cuando me reciba el rey. Va a entrar la reina de Inglaterra por la puerta a pillar sitio: "A ver, pues aquí mismo. Ah, no, coño, que aquí se sienta Tajo".

Luego están las bodas. Te venden que va a ser el día más feliz de tu vida. No te engañes, va a ser el ÚLTIMO día feliz de tu vida. Luego va todo cuesta abajo. No sé el resto de la gente, pero a mí que me hable del amor alguien que lleva una vida de celibato es como si Paquirrín me habla de ejercicio y dieta sana, no me lo creo. Y hablando de dietas, esos restaurantes de los banquetes. Que antes ibas y fumaban hasta los niños. En tu casa no te dejaban tomarte una cocacola, ahora, en una boda te hinchabas a fumar.

Pero entre leyes y gilipolleces ya no es que no fumes en el banquete, es que casi ni comes. Que te llega el camarero con ese plato de tortilla de patata deconstruída. No, macho, no. Deconstruída no, mal hecha. Que eso parece un mapa, ahí la tortilla derramada. Yo creo que el cocinero observa desde detrás de la puerta de la cocina diciendo "estoy a dieta, así que si yo paso hambre todos vais a pasar hambre".

 Y luego esos bailes con esas orquestas de pueblo. Me cago en Georgie Dann, en Paquito el chocolatero, en la pachanga y en el primer capullo que dijo "arriba esas palmas". Pachanga, más pachanga y venga pachanga. Que para rematarlo sólo falta que el cantante se baje del escenario, alargue la mano y me palpe los huevos.


Y si hay algo que remate toda la fiesta son los parientes borrachos. Mi hermano y yo tenemos un juego: Cuando se nos acerca alguien muy borracho (o peor, fingiéndolo) y se nos apoya, sólo si se nos apoya, le arreamos un botellazo. Quien dice botellazo dice golpe con cualquier objeto de vidrio que tenga a mano. Una vez le sacudí a uno con unas gafas. No tuve el resultado deseado. Pero recuerdo, en la boda de mis tíos, cuando se abrió un pasillo de gente y escuché "sobrino, ¿qué pasa, maricón?". Mi tío Moisés venía recorriendo en zig-zag el pasillo hasta la barra. En ese momento le dije al camarero "¿me pone un chupito de anís? Ah, y si puede deje la botella".

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