Cuando era pequeño me gustaba el verano. Me gustaba porque suponía que ya dejaba, aunque fuese por tres meses, el colegio. Me pasaba nueve puñeteros meses esperando al verano. Ahora me paso tres puñeteros meses esperando el resto del año. ¿Por qué? Bueno, hay varias razones. ¿Alguien ha probado a ir a una piscina municipal? Por supuesto. TODO EL PUTO MUNDO. Y todos se ponen de acuerdo para ir cuando voy yo. "Hey, ¿os hace ir a la piscina? - Un momento... No, éste tío no va hasta el día 15". ¿Merece la pena ir a bañarse a ese agua? Joder, es como un tanque de langostas. Bichos rojos, en cantidades inhumanas y rodeados de orin de su propia especie. De hecho, cuando tengo un examen de orina el día antes me paso por una piscina municipal. Es lo que tienen los niños, no se drogan (todavía).
Luego están esas piscinas-asilo. Allí el que no es viejo es vieja. La media de edad está entre los 80 y la edad de bronce. Había uno flotando boca arriba que decían "mira, está haciendo el muerto". No lo hace, señora, lo está. Bueno, esas viejas agarradas al bordillo y pataleando hacia atrás. Es el equipo de natación sincronizada de Saber vivir. Y la que no está pataleando está "nadando". Y lo entrecomillo porque más que nadar hacen como los gigantes de las fiestas de mi pueblo. Distingues a gigantes y cabezudos porque los gigantes se mueven de forma ridícula. Pues así están las señoras, con el sempiterno "oyoyoyoyoyoy". Es de agradecer que no conozcan los bikinis. Si no aquello iba a estar plagado de tetas-limpiafondos.
La alternativa a la piscina, si quieres estar en remojo, es la playa. Yo soy de Madrid, aquí no hay playa. Bueno, un día hice la coña con unos amigos. La cara que me pusieron en Usera cuando preguntaba por la playa. Hasta que vino un macarrilla y me dijo "mira, sigue por esa calle todo recto, luego la tercera a la izquierda y ya allí preguntas". Me jodió que quisiese tomarme el pelo de esa manera, y le dije: "¿Y no sabes dónde hay un burdel?" Me dijo "no" y le dije "pues con esa cara de hijo de puta que tienes ya es raro". Recuerdo mi último viaje a la playa. Tenía 15 años (yo, no la playa). Sólo había una cosa que superase en número a la gente de allí. Si habían dos millones de personas en la playa habían tres de medusas en el agua. Me decían "si la mitad son bolsas". Sí, mete los huevos a ver si te pica una "bolsa".
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