¿Alguna vez habéis entrado a algún chat? Según tengo entendido el más popular es el de Terra. Pues bien, a menos que no seáis unos depravados sexuales no os aconsejo entrar en esos sitios. Recientemente he escuchado una historia (real, puesto que se trata de la historia de un amigo, al que no le hace ninguna falta mentir sobre esto) sobre una conversación de chat y posteriormente de messenger. Mi amigo entró en una de esas salas, es lo que hace uno cuando son las 3 de la mañana y ya no hay más que hacer.
Habló con un tío sobre música y política o algo así. Después siguieron tratando temas de poca importancia. Hasta que el depravado en cuestión le pidió su dirección de messenger a mi amigo, el cuál, sin sospechar que la obscenidad hecha carne estaba al otro lado del ordenador, se lo dio gustósamente. Una vez en el messenger siguieron hablando, hasta que el individuo le ofreció poner su webcam para que mi amigo le viera. Entonces sobrevino la tragedia.
Mi amigo, según me cuenta, sólo veía al tipo de cuello para abajo (esto es algo típico que hacen, por lo visto), y divisó un brazo derecho moviéndose. Mi amigo hizo caso omiso. Pero se le ocurrió la mala idea de preguntar por qué se movía su brazo. El tipo contestó "me estoy masturbando". Imagino que ahí tuvo que haber una sonora arcada. Mi amigo, en vez de retirarse sin sufrir daños emocionales irreversibles, intentó disuadirle de sus actos onanistas (le exigió que dejase de pajearse delante de él), pero el energúmeno gorrino se levantó, al otro lado de la cámara, con los calzoncillos bajados y se perdió el respeto analmente con su propio dedo. En ese momento a mi amigo se le cayeron los cojones al suelo y tuvo que vomitar.
Luego dijo que si le gustaría que hiciese eso con él. Ante el ruido de vómito su madre entró en la habitación para ver qué cojones había visto. Cuando la madre lo vio casi se echa a llorar, e ignorando las explicaciones de su hijo le castigó una semana. Todo esto me lo contó ayer por teléfono, este fin de semana se quedará en casa. La última frase que le he dicho ha sido "Cuidado, a ver si se va a oler el dedo y da contigo".
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